Los efectos de las setas alucinógenas (en realidad, para ser concretos, de la psilocibina), son psicodélicos, lo que, en ocasiones, también se llama enteógenos o alucinógenos. Por supuesto, los efectos obtenidos variarán dependiendo de la persona y de la dosis que se consuma.
Así, por lo general, se suele atribuir a las setas la capacidad de provocar un trance, conocido como viaje, que puede resultar tanto positivo como negativo y cuya potencia dependerá de la dosis que se consuma.
También se suele hacer referencia a las risas y la euforia como uno de los efectos más típicos del consumo de este tipo de setas, seguidos de un periodo de calma y tranquilidad, en el que, además, se habla de una gran lucidez y claridad mental.
Otro de los efectos más comúnmente descritos es el de las modificaciones de la percepción, las cuales pueden darse tanto durante el viaje, como durante las fases de euforia o de calma y tranquilidad, y que pueden experimentarse de diferentes modos dependiendo de la persona que consuma las setas.
Por último, conviene señalar que los efectos pueden tardar en aparecer entre 15 minutos y más de una hora, y la duración de la experiencia, incluyendo las tres partes del viaje, puede durar entre cuatro y seis horas.
Como ves, los efectos de las setas son relativamente potentes, aunque se necesitan dosis de mayor tamaño que con otras drogas (por ejemplo, el LSD). Estos efectos han sido considerados tradicionalmente como un puente con otras realidades, por lo que se han utilizado de forma ritual.