En el artículo de hoy vamos a hablar del origen del éxtasis, una de las drogas más comúnmente consumidas por los jóvenes en las salas de fiesta de todo el mundo. Se trata de una droga potente y con efectos, fundamentalmente, empáticos.
¿Cuál es el origen del éxtasis?
El origen del éxtasis se puede empezar a rastrear en 1891, cuando Fritz Haber (premio Nobel de química), aseguró haber sintetizado una nueva sustancia en el transcurso de su tesis doctoral. La sustancia parecía ser MDMA, pero no pudo ser confirmado.
Más tarde, se sintetizó por Anton Köllisch, que trabajaba para la farmacéutica Merck KgaA, en 1912, mientras intentaba descubrir algún compuesto que sirviera para reducir los sangrados anormales.
Para ello, tenía que utilizar un compuesto llamado hidrastinina, pero éste estaba patentado por Bayer, así que desarrolló otro compuesto, llamado metalhidrastinina, que era, básicamente, lo mismo que la hisdrastinina, pero alcanzado de otra forma.
Esa otra forma de alcanzarlo contaba con un paso intermedio, que implicaba el desarrollo de la metanfetamina. Presentó ambas patentes y, desde entonces, se considera que él es el creador de la metanfetamina.
A partir de 1927 se empezó a prestar atención a este compuesto, que, hasta el momento, solo había servido como paso intermedio para alcanzar la metalhidrastinina. Desde aquel momento, se encontraron nuevas formas de alcanzar la metanfetamina, con recetas diferentes.
Tras esto, las investigaciones médicas y farmacológicas se sucedieron, llegando a aparecer una gran cantidad de bibliografía haciendo referencia a los diferentes usos que tenía la sustancia en el apartado médico.
Su prohibición llegó a partir de los años 80, momento en el que se inicia la guerra contra las drogas, coincidiendo con el aumento de su consumo.
Como verás, el éxtasis tiene una historia relativamente nueva, y, aunque en el pasado se utilizó como fármaco para resolver diferentes tipos de problemas psicológicos, hoy constituye una droga prohibida por diferentes razones.