La principal sensación que una persona experimenta cuando ha consumido ketamina es que la mente ha sido separada del cuerpo. El tacto se convierte en algo excepcional y provoca que nuestros cinco sentidos se disparen. Esta sensación provoca alucinaciones y experiencias incorpóreas que pueden llegar a suceder durante 2 ó 3 horas.
El estado analgésico de esta droga se puede caracterizar por una sedación profunda, en la cual se llega a una pérdida de la conciencia y a diferentes reflejos en la zona de faringe y laringe.
El estado anestésico que provoca la ketamina como droga ha sido denominado por los expertos como “anestesia disociativa”, ya que las sensaciones que se experimenten tras haber tomado ketamina dependen del ambiente y el estado de humor de la persona. En ocasiones puede llegar a inmovilizar a una persona.
Grupos de riesgos en el consumo de la ketamina
Es cierto que la ketamina es una droga, y como droga no debemos consumirla, pero hay un grupo de personas que no deben consumir ya que pueden poner en grave peligro su salud, como son:
- Personas con la tensión sanguínea alta
- Pacientes de eclampsia o pre-eclampsia
- Personas que padecen lesiones oculares abiertas o cualquier patología ocular en la una subida de la tensión pueda resultar peligrosa.
- Personas que tengan antecedentes de accidentes cerebrovasculares.
- Personas con episodios de esquizofrenia. La ketamina es capaz de activar sus síntomas psicóticos.